Laberinto de rosales

Desde el centro del laberinto, camino hacia su salida. Los rosales se apartan a mi paso y se vuelven a sus lugares. Presiento la llegada de los nuevos aprendices, así que me dirijo hacia la entrada, tarde o temprano llegarán. La otra opción es ver a alguno de los otros maestros allí

La presencia de la naturaleza es aquí mucho más fuerte que en cualquier otro lugar del Bastión. La verdad es que, es un lugar paradisíaco. No me extraña que aquí los estudiantes se sientan tan bien como en casa.
La majestuosidad y la belleza de los rosales me intimidan. No puedo evitar suspirar.

-Esto es precioso, Seguramente quien se encargue de este lugar le dedicara mucho tiempo y lo hará con mucho mimo.

Por si acaso decido no aventurarme en el laberinto, me limito a pasear por fuera, deleitándome con el suave aroma de las rosas.

Continuo un rato más sumida en mis pensamientos, el lugar es muy relajante y reconfortante, no me extraña nada que este tan bien cuidado. El olor que emana la naturaleza es dulce, pero no sofocante, el clima es agradable también. Parece el paraíso.
Por otro lado, pienso, en que no debería holgazanear más, los turbios pensamientos se han marchado y me siento tan bien, que creo que ya es hora de entrenarme un poco. Así que, decido ir al campo de entrenamiento. Un poco de ejercicio, incluso con mis heridas, no me hará mal.

"Hemos llegado" anuncio, aunque sea innecesario. Las rosas, tal y como indica el nombre del lugar, crecen de forma salvaje formando una intrincada trama de pétalos y espinas. El olor es dulce y parece acariciar la nariz invitándola a la tranquilidad. Con cuidado, me acerco a una zona donde se concentran bastantes flores y deposito el cuerpo frente a ella.
"¿Quieres que te entierre en algún sitio concreto?" pregunto mentalmente.

"Obviamente, en el centro. Pero no te preocupes, los espinos se apartarán a tu paso. "
No me creía que fuera necesario dar tantas explicaciones.
Termine de restituir sus tejidos, a mi paso por su interior.
"En fin, terminemos de una vez con esto"

Como me indicó la voz, me dirigí ya al centro cargando el cuerpo de nuevo. Tal y como me ha explicado los espinos se hacen a un lado al acercarme y lo puse donde me indicó, renovando mi cuidado al hacerlo. Por fuerte que fuera, su cuerpo tenía un aspecto frágil privado de su presencia.
" Supongo que tendré que cavar con las manos"
Me pongo a arañar la tierra y retirarla a puñados. La arena se cuela bajo mis uñas y se deposita en mi piel tiñéndola de un poco agradable color marrón. Tras unos minutos, hay un somero óvalo en la tierra, una herida en su seno. No es muy profundo, pero si tengo que deshacerlo creo que tampoco necesito más. Es incluso apasionante retomar el trabajo físico con tanta fuerza fluyendo en mis venas.
"Espero que te sirva así"
Sin muchas ceremonias, la deposito en la cavidad y la cubro con la tierra removida. Al acabar, se ve claramente donde está, pero creo que he cumplido lo que se pedía, me digo mientras palmeo mis manos una contra otra para quitarme el barro adherido. Y si no enseguida resonará en mi la respuesta.

"Bien, perfecto. ¿Te importa sacar otro de mis cuerpos? Está un par de pasos más adelante"
El chico era diligente, sabía obedecer. Pero si iba a ser un domador debería aprender a mandar.
"Cuando lo saques, hazte una herida y otra a el cuerpo que encuentres, no tiene perdida, es idéntico al que se ha muerto sobre ti"
Ahora si que el joven segregaba pánico, estaría pensando que soy alguna clase de abominación .

"¿Qué? ¿Cómo que otro de tus...?". Esto ya sobrepasa mi entendimiento. Vale que pueda desligar cuerpo y alma o lo que sea, ¿Pero tener varios cuerpos? En fin, de acuerdo. Espero que algún día todo esto me resulte normal. Apenas acabo de llegar y ya veo que el mundo es mucho más amplio de lo que llegaba a suponer, hay tanto conocimiento que aspirar a él es como querer meter el toda el agua del mar en una copa. A pesar de lo pequeño que es en relación, el Bastión también es inmenso en ese aspecto.
Hago lo que me dice, y a pesar de que estaba prevenido, cuando un rostro prácticamente igual al anterior sale entre los terrones de arena, no puedo evitar girarme para comprobar la improvisada tumba que he hecho. Con un tallo espinoso me rasgo el antebrazo y el suyo.
"¿Es una impertinencia por mi parte preguntar el motivo de esto?" pregunto intentando ser educado, pero hasta en pensamientos titubeo.

"No pensarás que me voy a quedar dentro de ti toda la vida. Eres muy obediente, pero eso te hace aburrido."

Con una erupción de sangre, la herida se abre de forma en apariencia dolorosa. El torrente de sangre brota del cuerpo del dragneo y entra por la herida en el cuerpo de la chiquilla que acaba de desenterrar. El cuerpo abre los ojos súbitamente. Una vez terminada la transferencia ambas heridas están cerradas.
Meto mi mano en mi cuerpo, haciendo que a su contacto se desplacen huesos y órganos mientras mantengo la respiración. Sin que una gota de sangre salga de mi nuevo cuerpo extraigo toda la tierra que ha entrado en él a puñados.

-Ugh... me sabe la boca a tierra. ¿Tienes algo dulce?- Pregunto mientras me sacudo la tierra de mi piel desnuda.

"¿Aburrido? ¿Vengo de un lugar asolado por la guerra que he luchado años por apaciguar y se supone que tengo que dedicarme a hacer gracias como un bufón? No sé si intenta ser simpática o tiene una mente retorcida moldeada por su poder. Pero a pesar de todo me ha ayudado, y eso también lo tendré en cuenta"
Tras otra escena de sangre, sin apenas caer en la desnudez de la chica, palpo mis bolsillos en una fútil búsqueda.
-No, nada.

-Entonces vuelta para el comedor.
Cojo parte de los espinos y los moldeo hasta convertirlos en una suave tela de algodón que enrosco entorno a mi cuerpo.
-¿Quieres salir conmigo o intentas salir por tus propios medios?

"He dejado una parte de mi en ti. ¿No creerás que te ibas a recuperar en un paseo de los estragos que has vivido? Así que cuidado con lo que piensas."

-Gracias por el ofrecimiento, pero prefiero caminar solo ¿Sabes de algún sitio en el que me pueda hospedar? No necesito volver a la enfermería.
Para ser mis primeros momentos, han estado bastante agitados. Siempre que puedo me gusta gozar de la tranquilidad, y ahora que el tema de Ailara está más o menos resuelto me apetece andar un poco por los terrenos. Supongo que después iré al comedor a alimentarme, pero ahora el cuerpo me pide otras cosas.

-Sí claro. Si consigues salir del laberinto, solo tienes que ir hacia la izquierda, hasta llegar a una planicie helada. Hay una cueva dentro del glaciar.

Bueno, esto se ponía interesante. Alguien iba a desafiar a mi laberinto vivo. Solo esperaba que el pedazo de mí en él no le dijera como salir. Era lo malo de fragmentar un préstamo. Dejabas atrás una parte de ti, una pequeña copia, pero que tenia su propias motivaciones, ya que lo experimentaba todo desde otro punto de vista. Decir que era una copia era incorrecto, era una pieza de mi misma, de la actual yo. Era extraño fragmentar la esencia vital.
Con paso firme y rápido, desaparezco fugazmente mientras los espinos se apartan a mi paso y se vuelven a cerrar tras de mi.

-Gracias y hasta luego -le llego a decir mientras se va, pero no sé si me habrá oído, ya que se ha marchado muy presurosa.
Cuando me dirijo a los espinos por los que he entrado, veo que estos no se abren como antes al acercarme. Intento dar un paso atrás y volver a mi posición, sin que haya diferencia en el resultado. Incluso toco la densa vegetación, pero ésta sigue firme.
"Esto sí que no lo había pensado. Supuse que se apartaban ante todo el mundo ¿Será porque Ailara ya no está en mi interior?"
Tras un par de intentos más, desisto, esta no es la salida. Sólo cabe esperar que haya alguna.
"Al fin y al cabo, quería tranquilidad" me digo animándome. La serenidad que se respira es contagiosa, me es imposible ponerme nervioso. Sólo cruzo las manos tras la espalda y comienzo a andar.
El ambiente es bonito, y mi mente se estanca en la nada de mis pensamientos, fluyendo de uno a otro saltando como una mosca haría con platos de comida. Varios pájaros sobre mí pasan volando canturreando, probablemente definiendo su territorio.
Llego a ver una abertura entre los espinos nuevamente, pero nada más mis ojos se posan en ella las plantas se estiran y el agujero desaparece.
"Creo que esto no va a ser más difícil de lo que pensaba"
No sabría decir cuanto tiempo estuve vagando entre aquellos muros verdes salpicados de rojo como perlas de sangre, no era exactamente como mis lecciones en el bosque, los árboles no cerraban el paso, por lo menos no de esa manera. Viendo que tampoco tenía muchas otras opciones, proseguí andando, un paso tras otro, erráticos en su destino.
Tras lo que me parecieron varias horas, cuando estaba a punto de girar una esquina, una abertura se abrió detrás mío. Sin perder tiempo la atravesé y afortunadamente, vi que estaba en la entrada, lo cual me alivió. El estómago volvía a protestar y mis piernas empezaban a acusar la falta de sustento y de reposo. Me senté unos instantes para ganar unas pocas fuerzas y así proseguir.
Después me levanté y me dirigí al comedor, a saciar mi apetito.